En las últimas décadas se han logrado importantes avances en el fortalecimiento del liderazgo femenino. Sin embargo, debemos seguir trabajando para:
- Cambiar los estereotipos de género que condicionan la participación de las mujeres.
- Conseguir un equilibrio entre el desempeño profesional y la vida familiar.
- Enfrentar el techo de cristal como barrera invisible que afrontan las mujeres en la jerarquía corporativa e institucional.
- Las brechas de género en determinadas áreas de ciencia y tecnología.
La poca o ausente cultura organizacional inclusiva que permita mayor presencia en cargos directivos y gerenciales.